Elisa Carrió en el programa La Cornisa , América TV, 26 de agosto del 2003
E.C: No, esto es así, estamos creo que en el anticipo de una gran trampa.
Cuál es la trampa, es un largo parto doloroso, hay contracciones, hay
tiempos de calma, hay tiempos de contracción, hay tiempos de dificultades
pero siempre hay que seguir. Ahora, en ese marco, la pelea contra las mafias
digamos no se va porque se vaya uno, es una larga pelea, es una pelea
difícil. La trampa consiste en lo siguiente, que bajo la apariencia de lo
nuevo en realidad regresa lo viejo, lo peor de lo viejo. Digo, Macri aparece
como un político nuevo, en realidad el grupo Macri es un grupo viejo que
formó parte del saqueo económico a la nación. Digo, Rodríguez Larreta formó
parte de todo el gobierno menemista, entonces aparece lo nuevo. En provincia
de Buenos Aires está la misma trampa, bajo la apariencia de la limpieza de
Kirchner, en realidad la lista de diputados nacionales del PJ encubre la
vuelta de Ruckauf. A mí no me preocupa, a esta altura uno ha peleado tanto y
en tanta soledad, a mí lo que me preocupa es que la gente cuando vea en
diciembre los que están sentados, se de cuenta finalmente que en realidad
hizo regresar lo peor de lo viejo y que no ayudó de alguna manera a una
renovación más profunda. Y acá todos somos responsables, porque
Argentina
todo el mundo lo percibe, tiene tres etapas. Una etapa de la verdad, donde
muchos lucharon por demostrar la verdad...
L.M: Dolorosa.
E.C: Así es, muchos perdimos muchas veces contra la impunidad, nos matamos
contra las murallas de la impunidad, pero bueno, se logró el objetivo de
demostrar la verdad. Y ahora estamos en la etapa del juicio, es decir con un
juicio muy particular, por qué, porque hay jueces corruptos que ponen presos
a funcionarios corruptos, que hay jueces corruptos que se blanquean con
acciones nobles, la verdad es que uno no sabe. Hay legisladores que ayer
votaban una cosa, que ahora votan otra, y uno se pregunta hubo
arrepentimiento o es sólo un caso de mercenarios políticos. También hay un
juicio de la sociedad, digo, cuando hay mucha verdad todos somos muy libres
porque la verdad nivela, y todos somos muy irresponsables, muy responsables
en el sentido de que o convalidamos la salida o retrocedemos.
L.M: Yo lo que te quería preguntar es ésto, ¿es muy loco pensar que está
todo bien, que hay gente que está haciendo las cosas como para que a este
gobierno, con muy buenas intenciones, le vaya mal de verdad?.
E.C: Obviamente, eso se sabía desde el principio. Por eso, para manejar esta
situación hay que tener una enorme serenidad, no es la desmesura, porque
sino la situación te controla a vos y no vos controlás la situación.
L.M: No se puede como dijiste vos dispararle a un mosquito con una Itaka.
E.C: Cuando yo le pido serenidad al presidente, se lo pido en el mejor
sentido de la palabra, y nosotros estamos prestando apoyo, ayuda en esta
lucha. Ahora digo, la desmesura no es un buen ejercicio del poder, lo dije
no ahora, lo dije el 9 de julio acá, lo dije hace tres meses, y la verdad es
que viene un septiembre muy difícil. Lo que si también aclaro, por eso
aclaro desde hace tres semanas algo que a lo mejor después se puede
entender, nosotros vamos a estar al lado de la autoridad presidencial.
Ahora, le pedimos a esa autoridad presidencial mesura, es lo único que le
pedimos. No le pedimos que cambie el rumbo...
L.M: Lilita, no me quiero ir de lo que acabás de decir, decís que se viene
un septiembre difícil, ¿en qué sentido?.
E.C: Difícil, porque hay muchas elecciones, hay elecciones que están muy
complicadas, que vienen muy sucias, la de misiones es un caso, la de capital
viene complicada en el sentido de que ya hay denuncias cruzadas, está la
negociación con el fondo, que todos dicen que está muy bien pero en realidad
no es que está tan bien cómo está. Digo, hay situaciones que cuando se
juntan todas digamos, cuando se juntan todas a lo mejor parcialmente no son
los famosos frentes de los que yo hablaba, en una situación sin mesura para
manejarlas, sin serenidad, digamos como un espectador al mismo, puede traer
complicaciones. Hay un tema que es central, que yo lo quiero decir acá, el
presidente tiene que cuidar su seguridad, y tiene que cuidarla porque él es
el representante de un pueblo que tiene muchas esperanzas. No estoy diciendo
con esto nada, pero miren, yo voy a contar algo, yo viví con custodia varios
años y no era porque yo tuviera miedo, porque yo tengo fe así que no tengo
ni miedo de morirme, pero uno representa más de lo que es uno. Entonces, hay
cuidados que hay que tener...
L.M: Vos le estás diciendo al presidente que tenga cuidado con su seguridad.
E.C: No, digo, lo tendríamos que tener todos. Yo ya dejé de tener seguridad,
porque como el presidente dice que nadie tiene que tener seguridad, ahora,
esto es un riesgo. Es decir, creo que tenemos que ser más adultos, yo estoy
un poco cansada de mucha adolescencia, nosotros ya somos padres, somos
grandes, no somos adolescentes como en los 70, somos personas de 40 y pico y
50 años. Tenemos que comportarnos como adultos, a veces el adolescente
reacciona mucho más rápido, nosotros tenemos que conducir y lamentablemente
desde un lugar de mucha generosidad lo digo, a mí me tocó conducir de alguna
manera o señalar los pasos de este parto doloroso. Estoy preocupada en
serio, estoy preocupada.
L.M: Vos sentís que el presidente en este sentido, a pesar de que estás
siendo muy mesurada, estás cuidando mucho tus palabras, ¿vos ves que tiene
ciertos comportamientos adolescentes?.
E.C: Digo, forma parte de nuestra generación, digo de la generación de los
que tenemos entre 45 y 55 años, lo digo hace mucho tiempo.
L.M: Lo decís no para embromarle la vida...
E.C: Claro, creemos que tenemos veinte años,25. No, nuestros hijos tienen 26
años, nuestros hijos tienen treinta años y nosotros creemos que tenemos los
veinte años de hace veinticinco años. Nosotros tenemos 46 años, 50 años,55,
y tenemos la adultez, la responsabilidad de conducir desde otro lugar y de
otra serenidad. Para que nuestros hijos puedan ser adolescentes, porque sino
los chicos que son, ¿bebés?
L.M: Es muy fuerte lo que estás diciendo, yo se que no querés alarmar pero
me parece fuerte y está bien, y tiene sentido común. Después vamos a seguir
hablando del presidente, como apuesta siempre a todo o nada.
ELISA CARRIÓ: No, yo miro al mundo desde la racionalidad, y en general me
parecen necios muchos, no se los digo por caridad, la verdad que no. A veces
me molestó un poco, pero por otras cuestiones, me molestó un poco la
hipocresía de que se tomaran de un crucifijo, de alguna otra cuestión, pero
más por Cristo que por mí, pero no.
L.M: Lilita, te gusta que se juegue siempre a todo o nada Kirchner, que vaya
a misiones y diga ayúdenme, estos son los míos, que juegue fuerte con
Ibarra, que tenga una diferencia con el vicepresidente y arrase con todo. ¿Es autoridad?
E.C: Es irresponsabilidad.
L.M: ¿Pero es autoridad, está bien?
E.C: Es irresponsabilidad.
L.M: ¿Por qué decís eso?
E.C: Porque bueno, es su estilo, pero también es irresponsabilidad, un
estilo con irresponsabilidad.
L.M: Está bien, pero ¿qué me querés decir con eso?.
E.C: Que va a ser responsable a su estilo.
L.M: ¿Para bien?.
E.C: Pero no para mal. Yo lo único que señalo es en términos de construcción
de este país por lo que venimos construyendo, digamos alguna mesura en
algunas cosas, pero para que le vaya bien. Ahora, el estilo es
responsabilidad de un presidente, en lo bueno y lo malo es su
responsabilidad. Yo ya dije todo lo que tenía que decir, no estoy dispuesta
a decir nada, en este país se escuchó desde el 25 de mayo lo que yo dije en
el primer artículo en clarín, me parecía que era necesario decirlo, pero
ahora ya no es necesario decirlo, ya se sabe, ya estamos viendo las
consecuencias de determinadas acciones y lo que sí vamos a ayudar es al
presidente en todo lo que tengamos que ayudar desde el punto de vista
institucional.
L.M: ¿Le tenés confianza al presidente?
E.C: No. Bueno, yo contesto con la verdad pero estoy dispuesta a ayudarlo en
todo lo que haga bien.
L.M: ¿Por qué?
E.C: Porque es así, le tengo miedo a su carácter.
L.M: Sentís que lo puede traicionar, pero aún así lo querés ayudar.
E.C: Yo lo voy a ayudar, por supuesto. Yo contesto con la verdad, esta es la
verdad de corazón, otra cosa sería mentir. Pero estamos dispuestos, de hecho
lo hemos ayudado en todo, en nulidad de obediencia debida y punto final, en
destitución de los jueces, en todo. Nosotros tenemos enorme generosidad en
eso, ahora, si vos me preguntás así una pregunta tan directa yo te tengo que
contestar con el corazón.
L.M: Lilita, ¿te dolió la alusión que hizo Luis D´Elía a los sectores
progresistas, creo que miraba para este lado, que piden mesura, que eso en
realidad es cobardía?
E.C: No, lo que sí quiero decir es que los que luchamos desde una posición
de soledad contra las mafias, no desde la posición de poder sino sólo desde
una banca, la que se bancó toda esa historia fuí yo, así que no me puede
tocar eso. Lo que sí quiero decir es que lamentablemente todos redoblan la
apuesta, y sabes a qué me hace acordar esto, a esa escena de boxeo donde
alguien lo toca y dice vamos a pelear. Después alguien se enoja, y dice
vamos a pelear más, digo ya está, yo ya no hablo más, y lo lamento
muchísimo, mira lo que te estoy diciendo, lo lamento muchísimo.
L.M: ¿Por qué?
E.C: Lo lamento muchísimo, porque ese subir la apuesta en ese boxeo no es
bueno para el presidente, no es bueno para
necesita verdad, necesita justicia, necesita distribución del ingreso y eso
en el marco de la paz, y eso en el marco de la no violencia, ni verdad, ni
autoritaria, ni de en múltiples maneras. Y yo tengo miedo que este ascenso,
de que yo lo defiendo de tal manera, yo lo defiendo de la otra, yo redoblo,
a mí me importa nada, de eso yo le puedo asegurar aunque nos quedemos solos,
nosotros queremos ser una fuerza moral, queremos ser una fuerza no violenta,
queremos ser eso. Sin recursos, desarmada, pero que les quede claro a todos,
de esa escalada nosotros estamos lejos, estamos distantes, no tenemos nada,
absolutamente nada que ver. Nosotros creemos en la verdad, creemos en la
nulidad de las leyes de obediencia debida, fuimos los que bajamos todos los
miércoles cuando ninguna de ellos que están en el gobierno bajaron. Digo,
cuando nosotros luchábamos contra las mafias, ninguno de ellos nos
acompañaba.
L.M: Cuando vos decís ninguno de ellos...
E.C: De todos, lo digo desde este lugar, de todos. Entonces, vamos a seguir
ayudando, de esa escalada estamos lejos, nosotros queremos construir
Argentina
mucho, porque gobernar también es escuchar, y a veces uno lleva... Nosotros
somos un país ciclotímico, somos un país que de repente avanzamos y de
repente retrocedemos.
L.M: Tenemos presidentes que son incapaces de moverse o hiperkinéticos.
E.C: Claro, tenemos que llevar serenidad, porque ese es el camino de la paz,
la verdad, la justicia, la distribución, pero por ese camino. Yo tengo miedo
que el atajo, como fue el caso de Scioli, te uso para ganar y después tengo
el problema, el exceso verbal, esto es muy de los hombres, redoblar la
apuesta no es bueno para conducir un país que tiene que salir pero
espasmódico, que tiene que lograr las cuestiones de trabajo, de justicia,
etc, no es bueno, y ya está.
L.M: Bueno Lilita, te agradezco mucho por venir. Ahí como siempre tenés la
cámara, y le podés decir a los argentinos, al presidente, a quien quieras,
lo que tengas ganas, los últimos segundos.
E.C: No, no voy a hablar del país, voy a hablar de lo que vimos recién, que
yo te conté. Hay dos conceptos de libertad, yo respeto absolutamente el
concepto de libertad de él (en referencia a Fernando Peña), pero él
encuentra la libertad en un montón de satisfacciones. Y vos sabés que yo
encontré la libertad en la obediencia a Dios, yo nunca fui tan libre cuando
decidí obedecer estrictamente mi conciencia y a los no. Nunca, y mira que
fui muy libre, agnóstica, no es que fui una puritana, al contrario, pero
encontré la libertad cuando decidí obedecer a una causa que tenía que ver
con mi conciencia, que tenía que ver con Dios. Me impresionó, como en
algunos la libertad está fundada en la obediencia a determinadas cosas, y en
otros está fundado en eso, y no es represión, simplemente es otra libertad.
L.M: Gracias por venir.
1 comentario:
Ante todo la coherencia. De ambos. eso es innegable.
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