

Ambos funcionarios intentan, una vez mas, ocultar su ineficiencia desviando la atención y buscando chivos expiatorios. Sus declaraciones culpando por la ocupación del Parque Indoamericano a la "inmigración descontrolada" y a la ley de migraciones "muy permisiva" solamente tienen el objetivo de incentivar los peores sentimientos de una parte de la sociedad y de esa forma forzar un debate retrógrado y reaccionario. Sus declaraciones antiinmigrantes son excusas de su falta de políticas sociales, especialmente en el área de la vivienda.
Ratificamos nuestro apoyo a la Ley Nacional de Migraciones y su reglamentación, que es ejemplo en el mundo entero, al tiempo que exigimos el esclarecimiento por las muertes producidas en ocasión del desalojo. Argentina debe seguir profundizando la construcción de un país justo y solidario, abierto y participativo, con inclusión y justicia social, receptivo de todos aquellos que deseen aportar a ese modelo de Nación.
Lic. Gonzalo Tomás Pérez
Presidente Fundal"
Pronóstico: En junio de 2009, Biolcati pronosticó que en 2010 el país iba a tener que importar trigo y que la intención de siembra sería “la más baja de los últimos años”. “Difícilmente se llegue a las 2,5 millones de hectáreas sembradas”, afirmó en La Nación del 9 de junio de 2009.
Realidad: De acuerdo con el informe de Estimaciones Agrícolas Mensuales del Ministerio de Agricultura, a junio de 2010, en la presente campaña el área sembrada se ubicará en 4,4 millones de hectáreas. Se proyecta que la producción actual casi duplicará a la anterior, que se ubicó en 7,5 millones de toneladas. El total se ubicaría en 12 millones de toneladas. O sea, no se importará trigo."
Estos párrafos son parte de una muy buena nota publicada hoy por Alfredo Zaiat.
Dice el refrán que no hay bien que cien años dure ni mal que perdure, sentencia que le sienta como un guante al trabajo de escritura que acaba aquí y a quien lo hizo. Algo bueno se encontrará en estos textos, y por ellos, sin presunción, me felicito, algo mal habré hecho en otros y por ese defecto me disculpo, pero sólo por no hacerlos mejor, que diferentes, con perdón, no podrían ser. Es conveniente que las despedidas siempre sean breves. No es esto un aria de ópera para poner ahora un interminable adio, adio. Adiós, por tanto. ¿Hasta otro día? Sinceramente, no creo. Comencé otro libro y quiero dedicarle todo mi tiempo. Ya se verá por qué, si todo va bien. Mientras tanto, ahí tienen “Caín”.
P. S – Pensándolo mejor, no hay que ser tan radical. Si alguna vez sintiera necesidad de comentar u opinar sobre algo, llamaré a la puerta del Cuaderno, que es el lugar donde más a gusto podré expresarme.